La marcha debe iniciarse tranquilamente.
Evitar las marchas prolongadas por caminos asfaltados, sobre todo durante el verano.
Los “atajos solo de bajada”, nunca de subir.
El Guía o responsable debe ir a la cabeza de la columna, seguido de los más “débiles”, y al final irán los más resistentes.
Nunca se tirará nada de desecho al suelo, ni aunque sea alimento o materia orgánica rápidamente degradable.
Los cambios suaves de ritmo en la cabeza de la columna son violentos en la cola de la misma y a todos pueden desfondar.
Las botas deberán estar usadas y suavizadas antes de una marcha larga, las uñas cortas y los píes limpios.
No se deben atravesar sembrados. En el caso de tener que hacerlo, por imperiosa necesidad, se debe marchar por la “huella” del de delante y a ser posible por la “linde” del sembrado.
Se deben respetar siempre las propiedades privadas. Las puertas se dejarán como se encuentran. El ganado debe ser “rodeado”, si es posible, sin dar voces ni asustarlo.
Cada uno controla y ayuda a los que tiene inmediatamente delante y detrás, y todo el grupo se pasará la voz de alarma en los diferentes casos que se puedan dar.
Esta prohibido hacer fuego en la montaña.
Preveer el equipo y el repuesto según la época del año y la actividad.
Llevar el macuto equilibrado, cargando el peso sobre los hombros, bien sujeto a la cintura, evitando cantos, picos, etc. en la zona dorsal.
Siempre se debe llevar un control del grupo, al comenzar, durante la marcha y en los descansos.
Es preferible caminar por sendas ó caminos claros, si los hay.
En terreno abrupto, evitar en la medida de los posible, los “sifones”.
Paradas, las necesarias, pero cortas y en lugares resguardados del viento, la lluvia o el sol fuerte.
En la primera parada deben ajustarse las botas y el macuto. También el añadir o quitarse ropa para ir más cómodo.
No se deben permitir separaciones de grupos, ni iniciativas individuales durante la actividad.
Adaptarse a las posibilidades de los más débiles.
Es recomendable llevar siempre Plano y Brújula.
Subir y bajar las pendientes pronunciadas y prolongadas en “zig-zag”, son más peligrosas las bajadas que las subidas, por producir fatigas localizadas en las rodillas y en los tobillos, para evitarlo, bajar corriendo de piedra en piedra las mas grandes posibles y que estén fijas.
En ningún momento se buscará el riesgo.
Llevar botiquín y potabilizador de agua.